CREA UN CUENTO DESDE 0 QUE SEA CRETIVO NO INPORTA DE QUE TEMA SEA QUE SEA EN ARIAL 12 QUE SEA MASOMENOS DE 2 CUARTILLAS
El Jardín de los Susurros
En un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, existía un jardín que pocos conocían. Este jardín, oculto tras un espeso manto de enredaderas y flores silvestres, era un lugar mágico donde los susurros de la naturaleza cobraban vida. Se decía que quien entrara en él podría escuchar los secretos del viento, las historias de las flores y los sueños de las estrellas.
La leyenda del jardín había llegado a oídos de una joven llamada Clara, una soñadora empedernida que pasaba sus días dibujando en su cuaderno y escribiendo cuentos sobre mundos lejanos. Desde que escuchó hablar del jardín, su curiosidad creció como un fuego inextinguible. Decidida a encontrarlo, un día se armó de valor y se adentró en el bosque que rodeaba su hogar.
Tras horas de búsqueda, Clara se encontró frente a una antigua puerta de madera, cubierta de hiedra y flores. Con el corazón latiendo con fuerza, empujó la puerta y entró. El aire era fresco y perfumado, y a su alrededor, un sinfín de colores danzaban en armonía. Flores de todos los tamaños y formas se mecían suavemente, como si le dieran la bienvenida.
Mientras exploraba, Clara escuchó un suave murmullo. Se acercó a un grupo de flores azules que parecían susurrar entre ellas. "¿Qué secretos guardan?", se preguntó. Al acercarse, las flores se abrieron un poco más, revelando un pequeño camino de pétalos que la invitaba a seguirlo. Sin pensarlo dos veces, Clara se adentró en el sendero.
El camino la llevó a un claro donde un viejo roble se erguía majestuosamente. Sus ramas se extendían como brazos abiertos, y en su tronco había talladas historias de tiempos pasados. Clara se sentó a su sombra y, al tocar la corteza, sintió una conexión profunda. De repente, el viento comenzó a soplar suavemente, y las hojas del árbol comenzaron a susurrar.
"Bienvenida, Clara", dijo una voz suave y melodiosa. "Soy el Guardián del Jardín. He estado esperando tu llegada. Este lugar es un refugio para los sueños y las historias. Aquí, cada susurro tiene un significado, y cada flor cuenta una historia".
Clara, asombrada, preguntó: "¿Puedo escuchar las historias de las flores?".
"Por supuesto", respondió el Guardián. "Cada flor tiene un deseo, un anhelo. Escucha con atención".
Así, Clara se sentó en el suelo, cerró los ojos y se concentró. Las flores comenzaron a hablarle, cada una compartiendo su historia. La rosa roja le contó sobre el amor perdido de un poeta, la margarita blanca le habló de la amistad entre dos niños, y el girasol le reveló el deseo de seguir siempre al sol.
A medida que escuchaba, Clara se dio cuenta de que cada historia estaba entrelazada con la suya. Comprendió que sus propios sueños y anhelos también formaban parte de ese jardín mágico. Con cada susurro, su corazón se llenaba de inspiración, y su mente se inundaba de ideas para nuevos cuentos.
Después de lo que pareció una eternidad, el Guardián le dijo: "Es hora de que regreses, Clara. Pero recuerda, siempre que necesites inspiración, este jardín estará aquí para ti. Solo tienes que escuchar".
Con una sonrisa en el rostro y el corazón rebosante de historias, Clara se despidió del jardín y del Guardián. Al salir, la puerta se cerró suavemente detrás de ella, pero no sin antes dejar una pequeña flor azul en su mano, un recordatorio de su visita.
Desde aquel día, Clara se convirtió en una escritora famosa, conocida por sus cuentos llenos de magia y emoción. Cada vez que se sentía bloqueada, cerraba los ojos y recordaba los susurros del jardín. Y así, el Jardín de los Susurros se convirtió en su fuente inagotable de inspiración, un lugar donde los sueños florecían y las historias nunca terminaban.